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bay

Frío polar

Un pantalón de pijama, un pantalón de chandal encima, calcetines gruesos, una camiseta interior debajo de la parte de arriba del pijama y un jersey de cuello alto era mi atuendo ayer a la hora de meterme en la cama que justo acababa de hacer añadiéndole una manta más... aún así no dejé de tiritar convulsivamente hasta que, dos horas después, conseguí quedarme dormido. ¡Si es que no hay nada como tener fiebre! Ya te puedes tapar cuanto quieras, que si dices de tiritar, tiritas hasta en el infierno...

Cuando me he despertado esta mañana, parecía un emparedado de crema de cacahuete. Casi no podía moverme de tan enroscado que estaba en las mantas, y para cuando he sido consciente de ello, se han iniciado los cinco segundos mentales de cuenta atrás que restaban antes de que me pusiera nervioso y claustrofóbico.

Noviembre ha pegado de golpe y en los morros, porque a mí ya me ha salido fiebre en los labios. El típico VVZ (Virus Varicela Zóster) que otro día, con más tiempo, me extenderé a explicar. El día se presenta bueno, frío polar, labios febrosos, falta de sueño, ¡y tengo tres clases por la tarde!

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